Este atleta español de 400 metros se encarga de la preparación física de los astronautas europeos que van al espacio, a la Estación Espacial Internacional o simulan estar en un viaje a Marte ...
El madrileño Guillermo Rojo, atleta de alto rendimiento de 400 metros, trabajaba como entrenador personal con futbolistas y gente que quería ponerse en forma cuando, gracias a su investigación de fin de grado sobre la adaptación fisiológica a la microgravedad, acabó marcando bíceps en el Centro de Entrenamiento de Astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Colonia (Alemania). El deportista de 26 años supervisa la preparación física de los astronautas europeos que van al espacio o participan en duros programas de simulación de estancias en Marte. La selección de astronautas se determina por su formación académica -suelen ser ingenieros, médicos o ligados al ámbito militar- y su capacidad para gestionar el estrés y las situaciones de máxima presión. Una condición física espectacular no es determinante al principio, pero es importante que estén en forma y no tengan riesgos altos de sufrir lesiones o de desarrollar enfermedades. Existen tres fases. Un año previo a la misión espacial el objetivo es alcanzar unos niveles de fitness que les permitan desarrollar las actividades normales en la Estación Espacial Internacional (ISS). Intentamos conseguir buenos niveles cardiovasculares, musculoesqueléticos, del sistema vestibular (relacionado con el equilibrio y el control espacial)... Hacemos mucho hincapié en la musculatoria antigravitatoria, porque en tierra hay músculos que están continuamente trabajando 24 horas al día, pero en el espacio no. En la ISS se trata de minimizar en la medida de lo posible el impacto de la microgravedad, que supone la pérdida de masa ósea y muscular, y cuidar el corazón para evitar arritmias, entre otras cosas. Así, los astronautas corren en una cinta con un arnés para no salir disparados hacia arriba, se ejercitan en una bicicleta estática con otro arnés y hacen ejercicios de fuerza en un aparato con un sistema de pistones en vacío que simula una posible carga de 276 kilos en la Tierra. Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |